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UN OCASO SOBRE LA MESA

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La actriz Cybill Shepherd en su escritorio en una escena del film "Taxi driver" ( M. Scorsese , 1976, USA) LA MESITA  El ocaso duerme sobre una manilla roja. Un cuerpo de madera viste sedas ingrávidas. Las líneas sin brillo se enroscan mágicas. Debajo, un río de arena  adormece a la costa. La nieve resbala por un silencio azulado. Ella me espera callada tras un lienzo humeante, como un reflejo indolente y gris; sobre nosotros,  un cuervo blanco acecha iluminado. "Taxi driver" es una de esas películas que suscitan siempre una reflexión. Sus imágenes y banda sonora poseedoras de una gran carga psicológica, nos hacen sumergirnos en la tóxica pero a la vez sensual comunidad de Nueva York, desde la perspectiva de un Travis (Robert De Niro)  atormentado por sus traumas y la soledad. Como válvula de escape se convirtió en un anti-héroe que quiso ajusticiar y eliminar a todo aquél que enturbiara la recta moral ciudadana. Pero a pesar de que el espectador es consciente de

ESCAPANDO HACIA ELLA

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La actriz Ornella Muti en una escena del film "Stregati" (F. Nuti, 1986, Italia) TODAS, ORNELLA Caminando por una melancolía suave, bajo tu lluvia de mar  que endulza y difumina mi espacio, me entregué a tu nuboso amparo prendido a mi dolor errante. Aguardando en el andén  la llegada de un Venus intenso e iluminado, divisé el extremo de mi pena, aquel abismo donde en silencio  se precipitan los ríos alegres  nacidos  de mi esperanza  más cercana del cielo. Viajando como un vapor prodigioso, huí de gigantes acorazados  y de las sombras tardías  de mis anhelos blancos. Pero en esta escapada febril, sentí detenerme en un instante herido para que me mirases en mi último duelo, como cuando nos rendíamos al amor mecidos por la dulce odisea  de nuestros besos. Siendo ahora  la bohemia de un extraño, una tentación renace como origen de un verso solitario. En mi aliento áureo  de juglar y gaviota, no surcan gloria ni batallas, se reflejan los luceros sensuales de una mañana fresca. P

HUYENDO AL ATARDECER

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Jean Seberg y Jean-Paul Belmondo, protagonistas del film "Al final de la escapada" (Jean-Luc Godard, 1960, Francia) LA HUIDA Mi huida comenzó a través del cielo diamantino de tus ojos. Irisabas un atardecer puro entre planetas encendidos con perlas de luna durante aquel recio otoño. En tu noche eléctrica, admiré un torrente  de sendas doradas caer sobre un acantilado cian de deseo y guirnaldas. En la mañana, un trazo marino separó la eternidad del rosado tiempo de tus besos. Descubrí que en la curva de tu espalda, nacían olas primerizas que colman de turquesa fresca soledades y desiertos. De nuevo al atardecer, regresé para cobijarme en algún húmedo planeta de tu mirada, esa de diamante y perlas, tan cierta que agita con vehemencia los horizontes fríos y los diluye en un pacífico mar de tibia seda. "Al final de la escapada" es un ejercicio liberador para un creativo de cine, porque rompe con las maneras ortodoxas de exponer y narrar una historia. Godard, su direct

EL REFUGIO DE LOS AUSENTES

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La actriz española Carmen Sevilla durante el rodaje del film "Camino del rocío" (Rafael Gil, 1966, España) EL NOGAL ALEGRE La mañana crecía como nubes de luz entre las ramas escritas  en un nogal alegre. Me miraste como un cielo claro, terso y rosáceo, con una cinta de aurora suave. Capitana de mis naves, eres guía de ausentes y amaneceres; así te esperaba sobre la corteza de mi barca henchida por suspiros de mar y cantos de corales verdes. En nuestro espacio el rocío lunar se iba secando con el viento encendido de tus labios de romero. Comienzo a sentir el fulgor nuevo de un mediodía firme de Mayo. Seremos duelo en una tarde que galopa inmensa hacia la noche, como corceles en busca de un erótico remanso. Quizá sólo vivamos el pasado. Un tiempo como inmensa bruma en la que se desvanecen todos los futuros.  Siempre rimamos las sendas clásicas para alcanzar la nueva belleza. Por ello, seremos sólo el refugio de los ausentes que fulguran haces de esperanza. Cartel promocional d

UN CIELO ROTO

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"La erupción de las Montañas Soufriere en la isla de San Vicente" (W. Turner, 1815, Reino Unido) UN BESO AL ATARDECER El cielo se rompía  vertiendo sobre nosotros su néctar de lava. Las nubes se colmaron con el vapor azul de tus besos ardiendo. El atardecer se detuvo frente a aquel rebosante cosmos. Sus gotas leían nuestra piel como versos mojados en un lago de eternidad. Escena del película  "Antes del amanecer" (Richard Linklater, 1995, USA) En la imagen central aparecen los actores Julie Delpy (Francia) y Ethan Green Hawke (USA), durante el rodaje de la primera película de la trilogía romántica: "Antes del amanecer" (Richard Linklater, 1995). La secuela continuaría con los títulos "Después del atardecer" (2004) y "Después del anocecher" (2013). Los ricos diálogos de este film desnudan los corazones de sus protagonistas, dos extraños que coinciden en un mismo viaje hacia Viena por casualidad.  Lo mágico de esta cinta es que a través d

LA CANCELA DEL TIEMPO

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Portal ornamentado de un patio sevillano (Andalucía, España) LLEGARÁ Háblame sol moreno, aquí me detuve durante una centena de olvido para brindar mi torso marchito a tus plumas de fuego. Cuéntame, clavel rojo de Mayo, si te escucho posado en los sedales yertos de un patio oscuro, ahogando en trinos azules mi llanto. Enséñame luna naciente, yo te observo tendido sobre los valles celestes, tapado con cinco luceros de lana y la sombra de un brazo de olivo. Cántame, mujer de albor y agua, lo que a través de la cancela del tiempo te dicto estando preso: "Volverán los quintos con laureles y viandas. Volverán las muchachas a engalanar con rosas las plazas. Se amarán, se amarán. Volverán los bailes con jotas y dulzainas. Volverán los abuelos a contar leyendas de montaña. Se dirán, se dirán. Volverán los niños con los burros llenos de manzanas. Volverán los novios a casarse en la ermita de Pascua. Llegará, llegará." La jota española es un

MI ÁRBOL GEMELO

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Escena del film "Días de cielo" (T. Malick, 1978, USA) LA NIÑA MORENA Dejé el anhelo sembrado en toda alma lejana.  Así creció el verde llorado en las cumbres donde vuelven las candelas blancas. Clavé un mástil de agua en rama y en él colgué jazmín, hielo y malva. Cubrí con tierra las sombras atrapadas, y di de comer a las aves recelosas  de posarse en mis campos. Escribí un río para hacer azules los llanos. A su lado, rimé una senda y dormí a la noche para que siempre se viera. Entonces llegó una niña morena que jugaba a tirar pétalos al río de mis flores de seda. Ahora cuido mi jardín con salmos errantes y manos labriegas, para que nunca le falten flores  y siempre a mis campos vuelva. Emparejar el nacimiento de un niño con la plantación de un árbol en el jardín de casa, es una bella forma de conmemorar ese hito. Así cuando el hijo vaya superando las distintas fases de su crecimiento, verá como el arbolito tambié

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