PLAYAS DE PAPEL
 |
| Formatos clásicos de cartas |
Carta de amor QUERIDA ELISA
Querida Elisa:
Desde el día que te conocí, una luz brilla en tu ausencia en cada hoja de este otoño y hasta en cada aurora del universo.
Pero esa luz mantiene el ritmo y el verso de tu belleza y suena a angustiosa espera, firme e impenetrable como la mirada de un coloso en vigilia de batalla.
Y aunque sueñe con la mentira del poeta, aún puedo ver esa luz surgir del fondo de una fuente viva, mientras el oro se derrama en tus manos y mi voz flota levemente entre los balcones dormidos.
Cada abrazo mío se ilumina de ti, sin importar el color que tenga el cielo ni la tersura del lugar.
Imagino en otros ojos tu reflejo, tan moreno lucero, pero tan solo me veo faltándome el oriente de tu piel.
Si pudiera hacer invisible al tiempo, y volver eterno el instante, como aquella noche italiana, cuando te encontré al final de un liso paseo de madera mientras leías la historia de mi vida.
Entonces me juré protegerte del cruel absurdo y la fugacidad del olvido.
Por eso quiero que seas libre, libre y amada, tan solo aspiro a encerrar tu luz con la llave sumida en el fulgor de mi alma.
Asier
Valladolid, 28 de Febrero de 2011
Quizá los mensajes de amor sólo debieran enviarse por carta. Porque unos caracteres digitales nunca tendrán el tacto humano que la humedad de un bolígrafo confiere a las palabras; éstas quedan marcadas como huellas en una playa de papel. Se puede olvidar un whatsapp, pero nunca una carta.
 |
| Ilustración de la portada de la novela "Nubosidad variable" de Carmen Martín Gaite (editorial Anagrama) |
Comentarios
Publicar un comentario