DIOSES DE BARRO
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| La actriz Sylvia Kristel en la escena final de la película "Emmanuelle" (J. Jaeckin, 1974, Francia) |
El erotismo es la tentativa humana de vencer a la naturaleza con el artificio. Es vestir la amarillenta realidad con un deseo sedoso, como un joven Prometeo que cubre de barro un reflejo del cielo para sentir el privilegio de acariciarlo.
Prometeo fue un titán de la mitología griega que se enfrentó a los dioses para beneficiar a la humanidad. Se le atribuye la creación del hombre y la aportación del fuego a la civilización. Este ser legendario confirió a los humanos la condición de seres inteligentes, y por tanto, capaces de elegir su destino. Esta singular aptitud les dará la posibilidad de liberarse cada vez más del manejo arbitrario de los dioses.
Por otro lado fue el precursor de la tecnología, ya que con su dación del fuego a las personas, Prometeo introdujo a las comunidades en una nueva era de progreso y bienestar. Estos adelantos generaron a su vez un inconformismo ante lo establecido y por ende, la búsqueda incesante de una identidad propia.
Por todo ello el mito de Prometeo ha influido en el acervo cultural de la sociedad moderna como símbolo de la filantropía y del avance técnico. Incluso numerosos teólogos a lo largo de la historia, han asemejado su figura a la de Jesucristo, considerando a este último como su sucesor natural; porque ambos se propusieron liberar a la humanidad de la tiranía suprema y también fueron reprimidos duramente con una muerte tortuosa.
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| Pintura "Prometeo ofrece el fuego a la humanidad" (Heinrich Friedrich Füger, 1817) |
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