EL CIELO A TUS PIES

 

Junto al agua te encontrarás más cerca del cielo

El mismo aire 

que agita los juncos tiernos de esta ribera,

impulsa los astros fulgentes que surcan el espacio.

(Fragmento del poema El mismo aire de ©️ Juan J. Ramírez)

DESCUBRE AQUÍ éste y muchos poemas de amor en el libro ALFILES DE LA ESPERANZA.

El cielo por su infinitud impera sobre la materia limitada de la Tierra y por ello de manera popular, le atribuimos ser la morada de los dioses.

Aunque desde un punto de vista científico, esa percepción de espacio extraño y sobrenatural no tiene valor. Las porciones más extensas que conforman el planeta Tierra son la atmósfera y los océanos. Ambas comparten muchos elementos en su composición que pueden resumirse en uno básico y hegemónico: el agua en todos sus formas. Por tanto, técnicamente, se puede decir que si estamos junto a unas aguas, nos encontramos más cerca del cielo.

Incluso hasta el viento que conocemos, en contra de la creencia popular, podría existir de alguna forma también en el cosmos, según unos últimos estudios realizados por el Instituto de Investigación en Astrofísica de Toulouse, (Francia).


Pero esta hermandad física entre el cielo y las aguas también fue admirada por grandes poetas a lo largo de la historia. Así se crearon hermosas odas sobre esa conexión trascendental entre ambos elementos primarios que propicia la vida y eleva el espíritu.

Un ejemplo de ello son los siguientes versos de Federico García Lorca de su poema Mañana (Libro de poemas, 1921, España), en los que atribuye al agua propiedades celestiales:

Ella es luz hecha canto

de ilusiones románticas.

Ella es firme y suave,

llena de cielo y mansa.

Ella es niebla y es rosa

de la eterna mañana.

Miel de luna que fluye

de estrellas enterradas.

¿Qué es el santo bautismo,

sino Dios hecho agua

que nos unge las frentes

con su sangre de gracia?

Por algo Jesucristo

en ella confirmose.


Por algo las estrellas

en sus ondas descansan.

Por algo madre Venus

en su seno engendrose,

que amor de amor tomamos

cuando bebemos agua.

Es el amor que corre

todo manso y divino,

es la vida del mundo,

la historia de su alma.


Ella lleva secretos

de las bocas humanas,

pues todos la besamos

y la sed nos apaga.

Es un arca de besos

de bocas ya cerradas,

es eterna cautiva,

del corazón hermana.


Cristo debió decirnos:

"Confesaos con el agua,

de todos los dolores,

de todas las infamias.


¿A quién mejor, hermanos,

entregar nuestras ansias

que a ella que sube al cielo

en envolturas blancas?"






Comentarios

Entradas populares de este blog

LIBRO "ALFILES DE LA ESPERANZA," LA SENSUALIDAD DEL MUNDO COTIDIANO

LAS HOJAS DE AQUEL OTOÑO AÚN CAMINAN

EL BRILLANTE CÓDICE DE UN MOLINO POETA

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *